No creáis que es una contradicción, un sin sentido, un planteamiento erróneo. Intentaré aclararlo de la mejor manera.

  • Todo lo que aquí digo va dirigido a  estudiantes de Primaria, Secundaria y Bachillerato.
  • El término “estudiar” ha de entenderse como sinónimo de “recordar lo explicado”, “repasar conocimientos ya transmitidos por los profesores”, “aplicar la teoría que nos ha sido dada”.

A partir de aquí, el estudiante que, atendiendo a una correcta planificación, se dispone a estudiar las materias a las que le obligan los planes ministeriales contemplados en el modelo educativo actual, debe saber que empleará menos tiempo y sus resultados serán más positivos si hace caso de los siguientes trucos, consejos, técnicas, estrategias u otro término que consideréis apropiado utilizar al respecto.

1º.– Por la mañana, antes de acceder al aula, busca un motivo, un porqué acerca de los conocimientos que puedes adquirir una vez dentro. Eso se traducirá en una actitud receptiva respecto a lo que vayan a explicarte tus profesores.

.- En clase, concentra tu atención en lo que dicen, explican, cuentan y transmiten tus profesores.

.- Aísla tu mente de las voces, los chismorreos, los comentarios ajenos a lo que tenga que ver con las asignaturas que toque tratar esa mañana.

.- Pregunta sin miedo esa duda que, por el motivo que sea, no ha quedado lo suficientemente clara en tu cerebro.

.- Participa si el profesor pide voluntarios que salgan a la pizarra a modo de prácticas sobre lo que estáis viendo.

.- Por la tarde, en casa, estudia tan sólo esa explicación, esa teoría, ese tema que habéis visto durante la clase. Eso y solo eso. Parece fácil y, sin embargo, su incumplimiento es un error común entre muchos de los estudiantes; lo que les impide “llevar las asignaturas al día”.

.- Comienza a estudiar, a ser posible, siempre a la misma hora. Tu mente te lo agradecerá al quitarle ya esa duda, esa preocupación de cuándo empezar. Acostúmbrala a lo mismo un día y otro día y otro día. Haz que caiga en la rutina, en el “siempre lo mismo”. Es la fórmula más sencilla para adquirir un hábito de estudio.

.- Estudia en un espacio que reúna condiciones ambientales favorables: ausencia de ruidos, buena iluminación, temperatura sin demasiado calor ni demasiado frío, etc.

9º.- Evita, haciendo así un esfuerzo por concentrarte, todas  las distracciones por pequeñas que éstas te parezcan. Serán tu mayor enemigo si lo que pretendes es acortar el tiempo de estudio.

10º.- Haz pequeños descansos, cinco minutos tan solo, después de los tiempos que hayas decidido dedicar al estudio de las distintas asignaturas (50 minutos, una hora, hora y media…). No pienses que te hacen perder tiempo; después de todo son tan pequeños, pero necesarios que, juntos, no llegarán a sumar ni 20 minutos.

No son recetas fáciles, es cierto, pero funcionan. Las 5 primeras responden a cuál ha de ser tu actitud en clase por las mañanas. Las 5 últimas van destinadas a ese momento, complicado, en el que debes enfrentarte al estudio autónomopor la tarde.

Es una regla inversamente proporcional:

  • Cuanto mayor sea el esfuerzo por conseguir aplicar las 5 primeras, menor será la dificultad por conseguir las 5 últimas.
  • Cuanto menor sea el esfuerzo realizado en la mañana, mayor lo será en el trabajo por la tarde.

Si eres capaz de aplicarlas todas se cumplirán nuestros deseos y conseguirás, como hemos dicho, estudiar menos y aprobar más.


José Manuel Romero Vicente.